TEMPLO DEL CIELO, Salón De Oración Por La Buena Cosecha Primera Parte

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español Idioma: español

Para llegar al Salón de Oración por la Buena Cosecha, tienes que pasar por el paseo imperial llamado Puente Danbi, camino sagrado o de los pasos rojos. Es un largo camino plano de piedra que al final se eleva tres metros para simbolizar el ascenso al cielo del emperador. Tiene tres pasarelas de mármol, la central era la Ruta Divina, utilizada exclusivamente por los dioses, mientras que por la derecha pasaban los emperadores y, por la izquierda, los príncipes y los altos funcionarios.

El Salón de Oración por la Buena Cosecha es un pabellón circular de 32 metros de diámetro y 38 metros de altura, que descansa sobre una enorme plataforma redonda de mármol blanco llamada Altar de las Oraciones por el Trigo. La base mide 5.900 metros cuadrados, tiene seis metros de altura y consta de tres plantas rodeadas de barandillas de mármol blanco tallado.

El techo, pintado de azul, tiene forma de pagoda y consta de tres niveles que simbolizan el acercamiento gradual al cielo.

 

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Como puedes ver, el interior es muy colorido, con dibujos refinados e incrustaciones en colores cálidos, y es una obra maestra de la arquitectura. Un total de 28 columnas de madera y 36 vigas sostienen la estructura y están dispuestas para reflejar algunos significados simbólicos: las cuatro columnas a lo largo del círculo interior representan las cuatro estaciones; las 12 centrales, los 12 meses; y las otras 12 externas, los 12 shichen, una antigua unidad de tiempo china que equivale a dos horas.

El altar del centro es la parte más sagrada y allí está la Gran Mesa del Cielo. A los lados están las cuatro mesas ancestrales de la dinastía Qing.

 

 

Curiosidad: busca una piedra redonda de mármol grabada con imágenes de un dragón y un ave fénix en el centro de la sala. Según una leyenda, originalmente se talló la piedra solo con el ave fénix, mientras que en el techo había un dibujo de un dragón. Con el tiempo, el dragón y el fénix se enamoraron y el dragón, para ver a su amada, descendía para ver al ave fénix.

Un día, el emperador Jiajing celebró una ceremonia y se arrodilló en la piedra mientras el dragón estaba allí, por lo que quedó grabado para siempre en la piedra.

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