El Capitolio, la sede del parlamento y del gobierno de los Estados Unidos y uno de los edificios más famosos del mundo.
Fue construido en un extremo del National Mall, sobre una pequeña colina, tal y como preveía el proyecto de la ciudad de Washington de Pierre L'Enfant. No obstante, debe su diseño original a un arquitecto aficionado, William Thornton, que a pesar de no haber participado en la licitación, se ganó el aprecio del entonces presidente George Washington y, sobre todo, de Thomas Jefferson, que además de ser el secretario de Estado, era un talentoso arquitecto. Fue el propio Jefferson quien decidió llamarlo Capitolio en lugar de Cámara del Congreso, tomando el nombre de una de las siete colinas de Roma, la colina donde se encontraba el templo de Júpiter, el rey de los Dioses.
Se inauguró en 1800, exactamente veinte años después de la fundación de los Estados Unidos, y fue entonces cuando la ciudad de Washington se convirtió en la nueva capital, después de Nueva York y Filadelfia. No obstante, el edificio actual es el resultado de numerosas reconstrucciones y ampliaciones bajo la dirección de distintos arquitectos. Solo catorce años después de su inauguración, fue incendiado por las tropas británicas y el edificio resultó gravemente dañado. Las labores de reconstrucción empezaron en 1815 y se desarrollaron de manera ininterrumpida hasta 1826, con la inclusión de la rotonda central y de una cúpula. A partir de 1850, sufrió una importante ampliación que obligó a cambiar la cúpula de madera por la cúpula actual, de hierro fundido, acorde con las nuevas medidas del edificio. Esta nueva cúpula es tres veces más alta que la original, mide 30 metros de diámetro y pesa 4.000 kilos.
Debes saber que, en las obras, que se prolongaron hasta 1865, se emplearon centenares de esclavos afroamericanos y numerosos inmigrantes traídos a propósito desde Europa.
Curiosidad: Washington colocó la primera piedra el 18 de septiembre de 1793 y la ceremonia se celebró según los ritos masónicos, seguida de una barbacoa con un buey de 250 kilos. En 1991 se llevó a cabo una investigación, aunque sin éxito, para encontrar la piedra original, que se cree que podría estar debajo del ángulo sudoriental de la que hoy es la National Statuary Hall.