Este cuadro representa la muerte de Laocoonte que, en la mitología griega, fue condenado por la diosa Atenea a morir estrangulado por serpientes marinas junto con sus dos hijos, como castigo por haber intentado avisar a los troyanos del caballo de madera ideado por Ulises.
Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco, nació en Creta en 1541 pero vivió en España, donde murió en 1614, y ofrece una interpretación del mito muy distinta de la clásica.
Laocoonte está en el suelo, con expresión de angustia y sufrimiento, junto a uno de sus hijos que yace muerto a su izquierda y con el otro luchando a su derecha. Dos figuras desnudas, inacabadas, representan a dos dioses griegos que asisten impasibles a la escena.
El cielo está oscuro, cubierto de nubes amenazantes. Al fondo se ve la ciudad de Toledo, ciudad en la que el Greco vivió desde los 26 años y a la que consideraba su segunda patria.
El estilo del Greco es muy original, los cuerpos desnudos están más bien esbozados, no definidos, como era habitual en la pintura hasta el momento. El color irreal, la composición sin perspectiva y la pincelada evidente tienden a evocar el dramatismo de la escena más que a hacerla creíble, como hacían sus predecesores.
La pintura del Greco, que por su modernidad ha influenciado considerablemente el arte del siglo XX y, sobre todo, de Pablo Picasso, es una de las máximas expresiones del manierismo español del siglo XVII, que en lugar de recrear la naturaleza de manera racional como en el Renacimiento, insistía en el lado expresivo y estilístico de la obra.
El significado del cuadro es misterioso: se cree que, al ambientar la escena en Toledo, el artista pretendía advertir a sus conciudadanos de no traicionar el espíritu de la Contrarreforma y de Dios.
En efecto, El Greco era profundamente católico y sus cuadros eran siempre de tema religioso, como puedes ver en el resto de sus obras expuestas aquí. De hecho, este es su único cuadro que tiene como protagonista a un personaje mitológico; se cree que el artista estuvo influenciado por la estatua romana de Laocoonte que había visto en Roma.
Curiosidad: Aún no se ha establecido cuántas obras pertenecen al Greco, que además, era escultor. Algunos sostienen que son alrededor de 800, otros solo 285, y hay quien las reduce a apenas 137.