El Pentágono, la sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Aunque solo el río Potomac lo separa del centro de la ciudad, este enorme edificio no se encuentra en Washington, sino en el condado de Arlington, en Virginia, ya que es el único lugar en el que había suficiente espacio.
Fue diseñado por el arquitecto estadounidense George Bergstrom como un fuerte inmenso, y está compuesto por cinco grandes «cinturones» concéntricos que forman cinco murallas pentagonales enormes, divididas por un patio.
Además de cinco lados, el edificio tiene cinco pisos, al menos otros dos niveles subterráneos y cinco pasillos por planta. El Pentágono rodea una plaza de cinco acres, es decir, 20.000 m2.
Se construyó en solo dieciséis meses y abrió sus puertas el 14 de enero de 1943. Es uno de los edificios de oficinas más grandes del mundo, con más de 600.000 m2. En él trabajan 26.000 empleados entre militares y civiles, y se calcula que por sus instalaciones pasan hasta 40.000 personas al día.
El 11 de septiembre de 2001, exactamente 60 años después de la colocación de la primera piedra en 1941, un Boing 757 de American Airlines pilotado por terroristas de Al Qaeda impactó contra el lado occidental del Pentágono. El atentado causó 189 víctimas: 59 entre pasajeros y personal de vuelo, más los cinco terroristas a bordo, y 125 personas que se encontraban dentro del edificio.
El 11-S fue el primer ataque grave proveniente del extranjero a las estructuras gubernamentales de Washington desde que la ciudad fue incendiada por los ingleses durante la guerra de 1812.
Al Pentágono se puede acceder reservando una visita guiada con catorce días de antelación en la página web del gobierno. En su interior, entre otras cosas, se encuentra el Hall of Heroes, una sala que expone las más de 3.460 medallas de honor asignadas a los héroes del departamento de defensa. Es el reconocimiento militar más alto de los Estados Unidos.
Me despido con una curiosidad: la plaza pentagonal que hay en el interior del edificio se conoce comúnmente como «zona cero», un sobrenombre que se le dio durante la Guerra Fría, ya que se pensaba que este habría sido el primer objetivo que la Unión Soviética habría bombardeado en caso de una supuesta guerra nuclear.