Audio Guide length: 3.04
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA
español Idioma: español

Durante tu itinerario dedicado a la arquitectura medieval, has pasado por dos colosales estructuras con cúpula, a las que ha llegado el momento de dedicarles su justa atención.

La primera es la Chapelle de la Sorbonne, incorporada al edificio de la Universidad, grande y un poco monótono, reconstruido a finales del siglo XIX. La capilla se asoma a la calle, pero te aconsejo que la contemples desde el amplio patio interior.

Inspirada en el barroco romano, fue construida en la primera mitad del siglo XVII con el objetivo principal de crear un mausoleo en torno a la tumba del cardenal Richelieu: el gran protagonista de la política europea murió siete años después de la construcción de la iglesia, que cuenta con la distinción de ser el primer edificio sagrado de París con una cúpula de mampostería.

El interior de la capilla fue saqueado durante la Revolución francesa, pero sigue manteniendo importantes obras del siglo XVII: una de ellas, titulada Doctores de la Iglesia, representa a los cuatro santos Ambrosio, Agustín, Jerónimo y Gregorio Magno, pintados por Philippe de Champaigne, además de la grandiosa tumba de Richelieu, de mármoles blancos y negros.

Si sigues subiendo, llegas a la cima de la colina dedicada a Santa Genoveva, patrona de la ciudad. Aquí, rodeada de una fila de columnas, ves elevarse la espléndida cúpula blanca del Panteón, construido en la segunda mitad del siglo XVIII, y ejemplo magistral del naciente neoclasicismo.

En el centro de una gran plaza, el edificio nació como iglesia dedicada a la santa, pero después de la Revolución perdió su carácter sagrado, y fue transformado, con algunos retoques, en Templo de la Patria. Fue consagrado de nuevo en época napoleónica, pero ha seguido siendo el lugar de sepultura y de homenaje de hombres ilustres, hasta su desacralización definitiva en 1885, con motivo de los funerales de Victor Hugo.

Aquí reposan filósofos, literatos, políticos y una sola mujer: Marie Curie, por méritos científicos.

Al visitar su interior descubrirás la majestuosidad del Panteón, con sus solemnes filas de columnas estriadas que sostienen arcos y galerías. En el vasto espacio de la cúpula central, desde una altura de 67 metros, verás suspendido el famoso péndulo de Foucault, es decir, la esfera con la que en 1851 el gran físico demostró la oscilación del eje de la Tierra.

 

CURIOSIDAD: frente a la Sorbona hay una estatua del insigne escritor y filósofo Michel de Montaigne. Parece que trae buena suerte tocar su pie derecho diciendo "¡Hola, Montaigne!". ¡Imagina cuántos estudiantes lo hacen antes de los exámenes!

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