Prácticamente al lado del Conservatoire National des Arts et Métiers puedes visitar la gran iglesia parroquial de Saint-Nicolas des Champs, que en otro tiempo era simplemente la capilla exterior del complejo monástico, pero que luego evolucionó de forma independiente. Esta iglesia también tiene una larga y agitada historia: la Revolución francesa llegó a transformarla en un laico "Templo del Matrimonio y la Fidelidad", donde se celebraban casamientos civiles.
Sin embargo, como puedes ver, todavía tiene un aspecto imponente y espectacular, con su rica fachada flanqueada por un campanario, un interior luminoso con hileras de pilares y bóvedas de estilo gótico flamígero. Pero si prestas atención, después de la séptima arcada, verás que curiosamente, al armazón gótico lo sustituye un estilo clásico: columnas estriadas y arcos hacen de marco al majestuoso altar mayor del siglo XVII, repleto de pinturas y esculturas. Sin embargo, a simple vista, el conjunto es coherente, y te muestra una vez más cómo París ha sabido siempre regenerarse, sin renunciar jamás al cambio y sin traicionarse nunca a sí mismo.
No muy lejos de allí, bajando por la rue Saint-Martin, puedes visitar también la más pequeña y pobre de las parroquias del centro histórico. Está dedicada a los Santos Leu, Lupo, y Gilles, Gil, y a lo largo de los siglos ha sufrido diversas modificaciones, la última de ellas a mediados del siglo XIX para la apertura del boulevard Sébastopol, que pasa junto a su parte posterior. Como observarás, el interior ha sido objeto de innumerables retoques y añadidos: las naves laterales son del siglo XVI, el coro y las capillas se reformaron en época barroca y la fachada se modificó en el siglo XVIII: no obstante, su impronta fundamental sigue siendo del siglo XIV. Data de esa época la hermosa y esbelta nave central, cubierta por bóvedas de crucería, y la parte posterior, abierta en su parte más alta por amplios ventanales de doble arco.
CURIOSIDAD: la zona en la te adentras dejando a tu espalda la Puerta de Saint-Martin, del siglo XVII, es prácticamente la Chinatown de París, pero con una particularidad curiosa: casi todos los residentes proceden de la misma región de China, hablan un dialecto especial y forman una comunidad independiente. En muchos restaurantes el menú sólo está escrito en chino.
Idioma: español