Te encuentras ante el cuadro más famoso del mundo. ¡Madre mía!, lo más seguro es que no estés justo delante, sino más bien entre una multitud: ¡todos los que quieren contemplar la Gioconda de Leonardo da Vinci!
Los flashes deberían estar prohibidos, pero ninguno de los guardas se ve capaz de intervenir, y un cristal especial protege el cuadro de los focos y de las fuentes de luz excesiva. El cuadro más copiado de toda la historia del arte, que, por otro lado, es bastante pequeño (mide algo menos de 80 cm por 50), podrá como mucho intuirse como un reflejo tras la vitrina blindada: resulta un cuadro fácil y difícil de contemplar a la vez, ya que el mito supera la posibilidad real de apreciar esta obra maestra.
Y ahora, mientras encuentras la mejor perspectiva posible del cuadro entre una cabeza y otra, empezaré a contarte su historia.
La mujer representada en el cuadro ha sido identificada como Mona Lisa, la mujer de Francesco del Giocondo, pero debemos ser cautelosos: el cuadro más admirado del mundo sigue estando lleno de misterios. No todo el mundo piensa que se trata de la esposa de un comerciante: algunos aseguran que es una amante de Giuliano de Medici, hermano de Lorenzo el Magnífico, que fue asesinado durante la Congiura dei Pazzi (Conspiración de los Pazzi). Muchos lugares han reivindicado su condición de ser el "auténtico paisaje" que se muestra al fondo. Es probable que Leonardo comenzara a pintar este retrato de una dama en 1503, si bien existe también desacuerdo entre los críticos respecto a esta fecha. Lo único seguro es que el maestro tardó bastantes años en pintarlo, añadiéndole muchísimos retoques y modificaciones, reflejo de sus muchas reflexiones. Desde un principio, el retrato debía mostrar una imagen seductora e inquietante a la vez, envuelta en el húmedo halo del paisaje brumoso y con esa sonrisa apenas esbozada que rodea de misterio el estado de ánimo real del personaje. Con la Gioconda , Leonardo vuelve a pintar, treinta años después, una escena dentro de un entorno natural, si bien la dota de una profundidad psicológica completamente novedosa, que indica una personalidad compleja, llena de matices y variable, como el paisaje que se extiende a sus espaldas.
CURIOSIDAD: La Gioconda no se encuentra en buen estado de conservación: la tabla presenta diversas grietas y su color es muy amarillento. Necesitaría una restauración urgente, pero, obviamente, las medidas de precaución son extremas.