La Torre Eiffel es el monumento de pago más visitado del mundo; por lo tanto, si has decidido llegar hasta su cima, tendrás que armarte de mucha paciencia y ponerte en la cola, primero en las taquillas y luego en los ascensores una vez superados los obligados y meticulosos controles de seguridad.
Para subir puedes utilizar los ascensores de los pilares este y oeste, que disfrutan todavía del eficaz mecanismo hidráulico de Eiffel, aunque adaptados a las nuevas normas. Como alternativa puedes subir a pie, pero por razones de seguridad sólo hasta la segunda planta. Prepárate en este caso para una buena subida de 359 escalones....
En la primera planta, a casi sesenta metros del suelo, puedes observar la base del monumento caminando casi en el vacío, gracias al espectacular e increíble suelo transparente instalado en 2014; a lo largo de la galería perimetral, por su parte, y gracias a los paneles informativos, podrás distinguir los principales monumentos de la ciudad, así como descubrir la historia de la torre gracias a un futurista museo interactivo. Además del inevitable bar y la tienda de recuerdos, aquí también puedes cenar en el "Restaurant 58", cuyo nombre alude a la altura exacta de la primera plataforma.
En la segunda planta, a más de cien metros del suelo, además de disfrutar de una vista impresionante y de sacar espectaculares fotos panorámicas, también puedes regalarte una supercena en el famoso restaurante con una estrella Michelin "Le Jules Verne", ahorrándote además las kilométricas colas de la planta baja, puesto que el romántico local ofrece a sus ilustres comensales un ascensor privado.
Desde aquí también podrás tomar el último ascensor, que te llevará hasta la parte superior de la torre, siempre que las condiciones atmosféricas lo permitan y que no tengas vértigo. A 275 metros, la vista se extiende no sólo sobre París, sino también sobre sus alrededores. Una vez alcanzado el cielo, encontrarás a Gustave Eiffel en persona, junto a su hija, ¡mientras recibe a Thomas Edison en su oficina entre las nubes! No se trata de un espejismo, sino de la recreación, en cera, de un histórico encuentro que tuvo lugar entre los dos geniales personajes durante la Exposición Universal.
CURIOSIDAD: cada año se organiza una competición atlética llamada "La Verticale": los competidores suben a pie las infinitas escaleras de la Torre Eiffel hasta el tercer nivel.