TROCADERO, Museos

A tu entrada en el Palais de Chaillot serás recibido por una inscripción del poeta Paul Valéry, que termina con la frase: "Todo depende sólo de ti: amigo, no entres sin deseo". Es una invitación a observar las obras de arte con un espíritu apasionado.

Tu visita se inicia desde el lado izquierdo, la llamada ala Passy: aquí puedes visitar el Musée de la Marine y, sobre todo, el importante Musée de l'Homme.

El primero te apasionará si te gusta la navegación. Puedes admirar una gran cantidad de equipos e instalaciones navales, pero sobre todo una extraordinaria serie de maquetas que trazan toda la historia de la marina militar francesa, desde galeones de guerra del siglo XVII hasta los submarinos y portaaviones actuales.

Aún más fascinante es el Musée de l'Homme , una histórica institución que se remonta a finales del siglo XIX, y que sigue la evolución del ser humano. Te presenta una inmensa documentación antropológica, biológica, evolutiva y de historia del conocimiento. En un recorrido expositivo sencillo y claro, descubrirás la historia del hombre en la tierra desde los albores de la prehistoria, la difusión de las etnias y cómo se han desarrollado el saber y las técnicas.

Ahora ve a la otra ala del edificio, que se llama "Paris" porque está orientada hacia el centro histórico de la ciudad. Está ocupada por la Cité de l’architecture et du patrimoine, el museo en el que confluyen dos museos creados a finales del siglo XIX: el de escultura comparada y el nacional de los monumentos franceses. Dicho así no suena muy apetecible, pero en cambio es una visita muy interesante e incluso divertida: verás una gran cantidad de moldes y réplicas a tamaño natural de partes de construcciones y esculturas monumentales francesas, especialmente de los periodos románico y gótico. Atravesarás portadas, bordearás arcadas de claustros, verás columnas y capiteles: en resumen, podrás disfrutar de una espectacular recreación del pasado, y también será una excelente oportunidad para revisar todas las peculiaridades y diferencias de los diversos estilos.

CURIOSIDAD: La zona de Passy, al lado de la explanada del Trocadero, ha sido siempre famosa por sus aguas termales. Ricas en hierro, los manantiales de Passy se utilizaron sobre todo durante el siglo XVIII, ya que parecía que eran milagrosas para la fertilidad masculina. Para hacer que fueran aún más eficaces, se recomendaba beberlas caminando y haciendo un giro sobre uno mismo cada cinco pasos.