La localidad de Versalles, en la que te encuentras ahora mismo, gira, lógicamente, alrededor del Palacio Real, pero no se trata de un simple "apéndice" del mismo, sino de un municipio lleno de vida de unos 90.000 habitantes, atravesado por un tridente de "avenues" o amplias avenidas que convergen en la gran explanada del palacio, delimitada por una espléndida verja.
En los extremos de la plaza de armas, que precede el patio del castillo, podrás contemplar los dos edificios simétricos de las Caballerizas, que se remontan a finales del s.XVII.
Atraviesa la verja acabada en puntas y con adornos dorados y acércate al edificio del palacio. Debes saber que el Palacio Real tiene su origen en un pabellón de caza que Luis XIII mandó construir en la primera mitad del s.XVII también como refugio para sus amantes. El edificio comenzó a construirse al borde de un inmenso bosque en una zona, por aquel entonces, pantanosa e insalubre. El nombre de "Château" o castillo se empleó también oficialmente para definir el posterior e inmenso Palacio Real.
Luis XIV quería conservar el antiguo castillo e incluso convertirlo en el elemento arquitectónico central en torno al cual debería crecer el nuevo palacio. De este modo, el arquitecto Louis Le Vau, alrededor del año 1670, "encerró" el núcleo anterior en una nueva construcción en forma de U, denominada precisamente Enveloppe, el sobre. Como se puede ver, el estilo es típico del s.XVII en Francia: un barroco grandioso, inspirado en modelos romanos y con un marcado rigor clásico en el exterior, en contraste con una desenfrenada decoración interior. Aunque la fachada principal da a la localidad de Versalles, su orientación privilegiada se encuentra en la parte trasera, donde se iniciaron de inmediato las impresionantes tareas de saneamiento de los estanques y de los pantanos circundantes, para realizar su espectacular jardín "a la francesa".
En el año 1682, mientras las obras seguían aún en curso, Luis XIV se trasladó definitivamente al nuevo palacio: Versalles se convirtió, de este modo, en la residencia oficial del rey y de toda la corte. Dos años después, se añadieron al palacio las dos larguísimas alas laterales que podrás ver en un momento.
CURIOSIDAD: En las inmediaciones de la catedral de Versalles y del estanque de los suizos, podrás visitar el Potager du roi, el huerto donde se cultivaba la fruta y la verdura que luego se servirían en la mesa del monarca, que se remonta a la época de Luis XIV y se extiende a lo largo de una superficie de nueve hectáreas. Se ha sometido a una restauración completa para recuperar su distribución original en parterres regulares, y todavía se emplea para el cultivo de especies vegetales comestibles menos comunes en la actualidad. Las puedes comprar en los puestecillos que se encuentran allí mismo, ¡así podrás decir que has comido como un rey!