¡La Villette es el barrio más futurista y sorprendente en París!
El barrio en el que te encuentras, al este del centro histórico de la ciudad, se ha transformado en un gigantesco polo de museos de ciencia y tecnología. No te lo vas a creer, pero hasta hace unas décadas en esta área estaba el mayor parque público de París, de unas 55 hectáreas, y antes aún un inmenso matadero. De hecho, a mediados del siglo XIX, el barón Haussmann diseñó un plan regulador que preveía reunir todas las actividades de la matanza en un solo lugar. De aquí salía la carne que suministraba las cocinas y mercados parisinos, por lo que el barrio recibía el apodo de "ciudad de la sangre".
Como verás, el agua es un elemento esencial del parque de la Villette, de hecho se encuentra en la confluencia de dos canales abiertos en la primera mitad del siglo XIX, utilizados durante mucho tiempo para el suministro de agua potable y para el transporte con botes y barcazas. Su unión forma un amplio embalse.
Cuando se desmanteló el matadero, el Ayuntamiento de París anunció un concurso para transformar la zona en un área equipada con espacios para la ciencia y la música, pero también que estuviera bien comunicada con el centro, dada la cada vez más difícil relación entre el capital y la "banlieue", su animada periferia. El proyecto ganador, realmente visionario y de gran éxito, ha sabido combinar la presentación didáctica de la ciencia, dirigida especialmente a los niños, con la posibilidad de organizar congresos dedicados a la industria y edificios dedicados a la música.
El parque fue terminado en 1991, pero en la visita por los senderos, espacios y edificios de la Villette todavía puedes encontrar algunos restos decimonónicos: entrando por el lado del metro de Porte de Pantin encontrarás primero la Fuente de los Leones, de 1811, y luego la amplia Halle aux Boeufs, el mercado de ganado, una colosal nave de hierro y vidrio, reconvertida en lugar de espectáculos.
CURIOSIDAD: ¿sabes que en el embalse de la Villette se pescaban langostas? Los crustáceos eran absorbidos por los conductos por donde pasaba el agua del embalse y quedaban atrapados en las rejillas de los filtros.