Therasia puede considerarse la “hermana tranquila” de Santorini: una isla realmente pequeña, de unos 9,3 km², con muy pocos habitantes, donde la vida rural y la pesca conservan su ritmo auténtico.
Los pueblos encalados de Manolas, Potamos y Agrilia se asoman a la caldera con vistas espectaculares, entre pérgolas, huertos y pequeñas tabernas.
Desde el punto de vista geológico, Therasia forma parte del complejo volcánico de Santorini: la gran erupción del siglo XVI a.C. remodeló la caldera, separando Thera y Therasia y dando forma al anfiteatro natural que admiramos hoy.
En comparación con Santorini, aquí el turismo es discreto y la atmósfera más íntima: se camina entre callejones silenciosos, capillas cicládicas y senderos con vistas a Aspronisi, Nea Kameni y Palaia Kameni. El principal núcleo habitado, Manolas, se alza en lo alto; debajo, el pequeño puerto de Korfos está conectado por un sendero empinado, mientras que Riva es el embarcadero principal para los ferris locales y los barcos que llegan desde Ammoudi (Oia) y Athinios.
Y, por supuesto, no falta la oportunidad de darse un buen baño: la isla ofrece pequeñas playas y calas, en su mayoría de guijarros, lugares sencillos pero perfectos para quienes buscan aguas cristalinas y tranquilidad.
Curiosidad: ¿Sabías que Therasia se considera una de las zonas geológicamente más estables de la caldera? Los científicos la utilizan como punto de referencia para controlar los movimientos del volcán de Santorini, ya que sus rocas registran lentamente posibles elevaciones o deformaciones del terreno.
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