El Museo del Tesoro de la Basílica surgió y se desarrolló a partir del siglo XIII. Su núcleo incluye obras de uso litúrgico guardadas en la sacristía secreta de la Iglesia inferior. A lo largo de los siglos, la colección se ha enriquecido con valiosas donaciones, reliquias, libros litúrgicos y ornamentos. En la actualidad, alberga alrededor de cien obras.