Como ya he mencionado, el fascinante pueblo de Bellano es conocido sobre todo por un lugar de nombre sugerente: el Orrido di Bellano.
El término «orrido», que significa «horrible», puede parecer indicar algo aterrador, pero, en realidad, es una palabra que también puede utilizarse como sinónimo de desfiladero o cañón.
Paseando por las calles del pueblo, cerca de la antigua Iglesia dedicada a los Santos Nazario y Celso, se encuentra la entrada a un sendero formado por pasarelas, ancladas a las rocas, con vistas a un desfiladero esculpido a lo largo de 15 millones de años por el arroyo Pioverna.
La presencia de este cañón y de otros desfiladeros en las zonas vecinas se debe a la erosión provocada por el curso de este caudaloso arroyo y sus afluentes. Además, durante la Edad de Hielo, se formó un glaciar en el valle situado sobre él, el cual, al derretirse posteriormente, provocó que se labraran profundos surcos a lo largo de sus laderas.
Al visitar el Orrido, observarás que justo al comienzo de la ruta se alza un edificio de inquietante nombre, la Casa del Diavolo, es decir, la Casa del Diablo, una torre de planta pentagonal que debe su nombre a los frescos visibles en las paredes exteriores, entre los que se reconoce un diablo blandiendo una horca. Por supuesto, alrededor de esta estructura han surgido numerosas leyendas siniestras, pero no existe información concreta acerca de su función original. Actualmente se ha transformado en un interesante museo de la zona.
También te recomiendo visitar la antigua Iglesia de los Santos Nazario y Celso, en la plaza de San Giorgio, construida entre 1342 y 1350, que debe su nombre a dos mártires decapitados en Milán en el año 76 d. C. como consecuencia de la persecución contra los cristianos, tras haber escapado varias veces a la pena de muerte.
La iglesia, de estilo románico tardío, cuenta con una fachada a rayas blancas y negras que, a pesar de su aparente sencillez, contiene interesantes frescos renacentistas, un imponente altar mayor de mármol policromado y un valioso baptisterio del siglo XVII, visible cerca de la entrada.
Me despido con una curiosidad: cuenta la leyenda que, a orillas del arroyo Pioverna, yace enterrado un preciado tesoro junto a su dueño, un valiente guerrero llamado Taíno. Así que... ¡cuidado con dónde pisas!
Idioma: español