El territorio de Bellano se encuentra en una posición estratégica que ha influido en su historia desde la época romana. Domina el tramo donde el lago alcanza su máxima anchura y donde se unen los tres brazos que lo componen.
Detrás del pueblo se eleva el Monte Muggio, a lo largo del cual se desarrollan los antiguos pueblos y pastos alpinos que conforman el desfiladero denominado Val Muggiasca. Como sugiere su nombre, que evoca el mugido de las vacas, este valle ha sido muy importante durante siglos para la cría de ganado y la producción de leche y queso, como descubrirás cuando visites el impresionante Museo de la Leche y la Historia de Muggiasca, o MUU.
A lo largo de este valle se extienden siete pintorescos pueblos conectados por senderos fácilmente transitables. Si tienes tiempo, te recomiendo que los visites y que te detengas a disfrutar del magnífico paisaje desde los pastos alpinos del valle.
Pero vayamos al pueblo de Bellano.
La zona habitada está atravesada por el arroyo Pioverna, que separa el pueblo histórico, de estilo predominantemente medieval, de la parte más moderna.
Este mismo arroyo desempeñó un papel fundamental en el desarrollo del pueblo. De hecho, gracias a la erosión provocada por sus aguas, Bellano alberga una de las atracciones turísticas más visitadas: el Orrido di Bellano, un espectacular cañón del que te hablaré más adelante.
Sus aguas fueron cruciales desde finales del siglo XIX hasta finales del XX, sobre todo para el desarrollo económico local.
En 1859, la familia de industriales Badoni, de Lecco, ordenó construir cerca de la desembocadura del arroyo un molino de laminación, un lugar de producción donde se trabajaba el hierro. En 1866, la familia Cantoni adquirió la estructura para poner en marcha una planta de producción textil, que más tarde se convertiría en el gran Cotonificio Cantoni, aún hoy claramente visible en Bellano, pero en desuso. En 1866 estaban en funcionamiento nada menos que 8600 husos y, a finales del siglo XIX, trabajaban allí unos mil obreros.
Curiosidad: además del Cotonificio Cantoni, la primera empresa textil italiana que cotizó en bolsa en 1872, en el siglo XX surgieron otras grandes industrias textiles en Bellano.
De ahí que el pueblo recibiera el sobrenombre de «la pequeña Mánchester del Lario», en honor a la ciudad inglesa considerada la capital de la «revolución industrial» en el siglo XIX.