La bonita localidad de Cernobbio es muy famosa por dos edificios en particular: Villa d'Este, uno de los hoteles más prestigiosos del mundo, frecuentado desde finales del siglo XIX por ilustres personalidades, y Villa Erba, donde vivió el célebre director de cine italiano Luchino Visconti y cuyas habitaciones actualmente solo pueden visitarse con reserva previa.
En la zona donde se levanta la magnífica Villa Erba, con su elegante fachada neoclásica, ya había un monasterio en el año 996, que se destruyó en 1785. Convertida en vivienda por los sucesivos propietarios, alcanzó su aspecto actual cuando la compró la familia de Carlo Erba, un conocido empresario farmacéutico.
Villa Erba ha servido de inspiración no solo para las películas de Luchino Visconti, sino también para las más recientes. En 2003 se rodaron aquí algunas escenas de la película Ocean's Twelve, concretamente el encuentro entre el protagonista, interpretado por George Clooney, y su rival, interpretado por Vincent Cassel.
Pero, además, hay otras dos joyas realmente interesantes que visitar.
En primer lugar, Villa Pizzo, que toma su nombre del promontorio sobre el que se construyó, llamado Piz, que en dialecto significa «saliente». Solo se puede visitar con reserva previa, pero realmente merece la pena. Además de las habitaciones, durante la visita guiada se pueden contemplar los preciosos jardines, tanto de estilo inglés como italiano, dentro de los cuales hay nada menos que 10 kilómetros de senderos.
En segundo lugar, está la Ciudadela de la Seda, que hasta los años 70 fue un barrio habitado por la clase obrera de la industria textil, de la que Cernobbio fue un próspero núcleo, con la casa museo Villa Bernasconi situada en el centro, un lugar que no te puedes perder.
Curiosidad: en el norte de Italia, en 1630, hubo una terrible epidemia de peste bubónica que exterminó al menos a un millón de personas. Aquí, en el lago de Como, Cernobbio fue una de las localidades más afectadas. ¡Solo sobrevivieron 190 habitantes!
No fue hasta el siglo XIX cuando el pueblo volvió a desempeñar un papel importante, principalmente como centro turístico, gracias a las fantásticas mansiones y sus adinerados huéspedes, pero a partir de finales de siglo también gracias a la próspera industria textil y, en particular, a la industria de la seda.