Villa Jovis es la más grandiosa de las residencias imperiales construidas en Capri por Tiberio en el siglo I d. C.
Esta extraordinaria villa, que ocupa una superficie aproximada de 7000 metros cuadrados, está situada en el extremo noreste de la isla, en uno de los promontorios más altos, con unas impresionantes vistas panorámicas de la bahía de Nápoles.
Se construyó hacia el año 27 d. C., cuando el emperador Tiberio decidió retirarse a Capri, lejos de Roma y sus intrigas, pero no de la política.
De hecho, a pesar de la distancia, pudo comunicarse con la capital del imperio con bastante rapidez. Existía un complejo sistema de torres de señales a lo largo de la costa que enviaban y recibían señales luminosas codificadas y las transmitían, de una torre a otra, hasta Roma.
Lamentablemente, tras la muerte de Tiberio en el año 37 d. C., la villa cayó poco a poco en desuso y fue parcialmente saqueada.
Su redescubrimiento se remonta al siglo XVIII, aunque las excavaciones no comenzaron hasta el siguiente siglo, cuando salió a la luz gran parte de la estructura que hoy podemos admirar. Estas excavaciones han permitido comprender mejor la complejidad arquitectónica de la villa y el lujoso estilo de vida del que Tiberio disfrutó durante sus últimos años.
La villa está construida en varios niveles, siguiendo la topografía rocosa del terreno, y consta de una serie de edificios residenciales, termas, jardines y zonas de servicio, todos conectados por pasillos y escaleras. El complejo también contaba con un faro, uno de los más antiguos del mundo, que guiaba a los barcos en el golfo.
La entrada principal conducía a un amplio patio desde el que se accedía a las distintas áreas de la residencia. En el centro del complejo se encontraba la zona residencial privada del emperador, formada por una serie de habitaciones que daban a un jardín interior rodeado de pórticos. Una de las características más llamativas de la villa es su aljibe, un enorme depósito subterráneo para recoger el agua de lluvia.
Aunque muchas de las ricas decoraciones originales se han perdido, las excavaciones han sacado a la luz restos de mosaicos, frescos y suelos que atestiguan el lujo y la elegancia del interior. La villa estaba decorada con obras de arte, esculturas y objetos preciosos que reflejaban el estatus y el poder del emperador.