En primer lugar, debes saber que Maiori cuenta con la playa más larga de la costa, una orilla arenosa enclavada entre rocas escarpadas y un mar cristalino.
Sin embargo, también es un magnífico pueblo para visitar, rico en historia y edificios fascinantes, gracias a la importancia que adquirió durante la Edad Media por su posición estratégica y su puerto, que le permitieron convertirse en un próspero centro comercial.
Uno de los edificios más interesantes para visitar es la Colegiata de Santa Maria a Mare, con su fachada barroca y una pintoresca cúpula cubierta de mayólicas amarillas y verdes. Sus orígenes se remontan al siglo XIII, cuando se amplió la pequeña iglesia de San Miguel Arcángel, dando lugar a la Basílica de Santa Maria a Mare, inspirada en el hallazgo de una estatua de madera. En 1505, el Papa Julio II le concedió el título de Colegiata. La iglesia sufrió varias transformaciones a lo largo del tiempo, la última en 1836, con un diseño de Pietro Valente, aunque aún conserva el techo dorado de 1529 y una cripta con los restos de San Clemente.
Mientras caminas, podrá contemplar el Castillo de San Nicola de Thoro-Plano, que domina el valle desde lo alto de una colina. Se trata de una fortaleza medieval que evidencia el pasado militar de Maiori y que se utilizaba en la antigüedad como refugio para la población en caso de ataque. Fundado en el siglo IX, el castillo se amplió en 1465 y se enriqueció con torreones y fuertes murallas. Todavía conserva su estructura fortificada con un perímetro de 550 metros y nueve torres. La subida al castillo es una experiencia que combina naturaleza, historia y vistas inolvidables.
Otra joya de Maiori es la Iglesia y Convento de San Francisco, con elementos góticos y renacentistas. El claustro, en particular, es un oasis de paz, con su jardín y las columnas decoradas que enmarcan el patio. Construido en 1405, el complejo sufrió destrucciones en 1435 y 1558 a manos de los turcos y en 1440 por una violenta tormenta. La iglesia, de tres naves y ábside poligonal, cuenta con más de 17 capillas ricas en obras de arte.
Curiosidad: en 1768, la estatua de Nuestra Señora de la Colegiata de Santa Maria a Mare se adornó con dos pequeñas coronas de oro, que fueron robadas en 1802. Las que puedes contemplar actualmente fueron donadas por la población dos años después.