Tramonti, escondido entre los preciosos valles de los Montes Lattari, es un rincón verde que ofrece una experiencia única, lejos del bullicio de los pueblos costeros más famosos. Este pueblo, literalmente «entre montañas», es un mosaico de trece aldeas, cada una con su propia historia, al menos una iglesia y un ambiente tranquilo que invita a pasear y disfrutar de una quietud casi olvidada.
Entre las fracciones más conocidas se encuentran: Pucara, con el Conservatorio di San Giuseppe e Santa Teresa, de finales del siglo XVII; Gete, con la capilla rupestre dedicada a San Miguel Arcángel; Campinola, que alberga el evocador «jardín secreto del alma» y Paterno S. Arcangelo y Paterno S. Elia, que albergan iglesias históricas llenas de encanto.
Sin duda, te recomiendo visitar la Capilla rupestre de San Miguel Arcángel, situada en la aldea de Gete, un ejemplo significativo de arquitectura rupestre, con elementos que datan del siglo XIII, cuyo interior está decorado con frescos medievales que representan historias bíblicas y santos patrones.
Como ya he mencionado, en Campinola se encuentra el Jardín Secreto del Alma, un verdadero oasis de paz y belleza dividido en ocho terrazas, donde crecen diversas especies de plantas, entre ellas cítricos, numerosas variedades de rosas, plantas aromáticas y medicinales.
Esta zona de la costa es un paraíso para caminantes y excursionistas, gracias a los senderos que conectan las distintas aldeas y ofrecen vistas espectaculares de paisajes montañosos y terrazas cultivadas con limoneros y viñedos.
Uno de los senderos más emblemáticos es el Sendero de las 13 Iglesias, de 15 kilómetros de longitud, perfecto para explorar Tramonti y todas sus aldeas. Puede iniciarse desde cualquiera de ellas, ya que se trata de un sendero circular.
Visitar Tramonti también significa sumergirse en sus sabores auténticos, así que, si te gusta el buen vino, debes saber que esta zona es especialmente famosa por la producción del Tintore di Tramonti, elaborado con las antiguas vides locales.
Me despido con una curiosidad: según la tradición, fueron las monjas del Conservatorio di San Giuseppe e Santa Teresa de Pucara quienes crearon un licor típico de la Costa Amalfitana: el «Concerto». Se elabora con distintas variedades de hierbas y especias locales a las que se añade café y cebada.