Bona di Savoia (1449-1503), duquesa consorte de Milán, quedó viuda en 1476 después de solo 8 años de matrimonio, dedicados principalmente a sus hijos. Al asumir el poder para gobernar en lugar de su hijo, aún muy joven, enfrentó protestas de sus cuñados, especialmente de Sforza Maria. A pesar del poder de su secretario de confianza, Cicco Simonetta, este fue exiliado. Las tensiones y conflictos políticos contribuyeron a la desestabilización de la situación durante su regencia.