San Ambrosio fue un santo y obispo de Milán en la época del Imperio Romano. Nació en Tréveris, Alemania, y se trasladó a Milán para hacer carrera en la administración imperial. Sin embargo, rápidamente se convirtió en una gran autoridad moral y fue elegido como obispo por aclamación popular. Es considerado uno de los padres de la Iglesia y jugó un papel importante en la expansión del cristianismo.