San Juan de Letrán es una de las iglesias más bellas de Roma y uno de sus lugares más sagrados. Es conocida como la "Catedral de Roma y del mundo" y fue mandada construir por el emperador Constantino poco después de emitir el edicto del año 313, el cual concedía libertad de culto a todas las religiones, incluyendo el cristianismo. Durante más de mil años, antes de que la sede papal se trasladara al Vaticano, San Juan de Letrán fue el corazón de la cristiandad. El conjunto arquitectónico de la Basílica de San Juan de Letrán, el Baptisterio, el Palacio Papal y la Capilla del Sancta Sanctorum es de gran importancia histórica y artística. Aunque la basílica ha sufrido muchas intervenciones a lo largo del tiempo, su espacio interior sigue siendo solemne y impresionante. La visita a San Juan de Letrán comienza en la amplia plaza del mismo nombre, donde se encuentra un obelisco egipcio de granito rojo.