San Gregorio Armeno (circa 257 - circa 332), obispo cristiano armenio, es venerado como santo por varias iglesias. Nacido en una familia real, fue perseguido por el rey Tiridates III de Armenia por su fe cristiana. La leyenda cuenta que la curación milagrosa del rey marcó la conversión de Armenia al cristianismo en el 301. Gregorio fue el primer Catolicós y Patriarca de Armenia, promoviendo la construcción de iglesias y monasterios. Retirándose para vivir como asceta, dejó el liderazgo de la Iglesia a su hijo Aristakes, quien también fue martirizado. Ambos son reconocidos como santos.
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