La impresionante Capilla del Crucifijo, construida en 1686 por el poderoso arzobispo español Juan Roano para hacer de ella su lugar de sepultura, es uno de los mayores tesoros del barroco siciliano. La extraordinaria obra, iniciada por el fraile capuchino Giovanni da Monreale, fue completada por el gran arquitecto siciliano Angelo Italia.
Aquí todo es maravilloso, empezando por el decoradísimo portal sobre el que se encuentra la dedicatoria del arzobispo: A su amor crucificado. Cruza el umbral y entrarás en una habitación donde la riqueza y la fantasía decorativa te dejarán atónito. El corazón de la capilla es la Estatua de Cristo del siglo XV, insertada en una refinada composición de mármoles de colores que representa el Árbol de Jesé, que es el legendario árbol genealógico de Jesús, a cuya izquierda se puede ver la estatua del arzobispo arrodillado en oración.
Los colores también tienen un valor simbólico: el rojo, color de las pasiones humanas y de la sangre de Cristo, prevalece en el espacio de la capilla, exaltado por las magníficas columnas, mientras que en el tabernáculo domina el preciadísimo azul lapislázuli, el color del cielo y de la revelación divina.
Observa con atención la inagotable búsqueda de formas y el brillo deslumbrante del mármol. Fíjate en cómo la imaginación creadora del autor ha sabido transformar materiales, figuras simbólicas, personajes históricos y sagrados, e incluso inscripciones, en una visión fantástica y absolutamente unitaria.
Cada imagen y cada representación de la capilla son símbolos que celebran el sacrificio de Cristo en la cruz. Incluso el suelo, por desgracia dañado, cuenta una historia con la representación de mármol incrustado de Jonás tragado por la ballena. La Biblia narra que el profeta Jonás tuvo que arrojarse al mar para evitar que el barco en el que viajaba naufragara. La tormenta que se desató era obra del Señor, que estaba enojado con él. En el mar, una ballena se tragó a Jonás y, pasados tres días, lo vomitó ileso. Esta historia se interpreta como un presagio de la muerte y resurrección de Cristo después de tres días.
Curiosidad: a la salida de la iglesia, sobre la entrada principal, se encuentra el mosaico de la Virgen Odighitria, es decir, «la que muestra el camino». Te traduzco la siguiente inscripción en latín dirigida a la Virgen: Reza por todos, ¡pero sobre todo por el rey! Algo me dice que la frase la dictó Guillermo II, ¿no crees?