IGLESIA DE LA MARTORANA, Interior

Como puedes ver, la primera parte de la iglesia data del periodo barroco y está decorada con frescos del siglo XVIII. La parte más interesante está más adelante, cerca de la cúpula, donde la maravillosa luz del oro inunda la iglesia. Desafortunadamente, solo quedan dos paneles de la decoración normanda: Cristo coronando al rey Roger II y Jorge de Antioquía adorando a la Virgen.

Podrás ver cómo el espacio de la iglesia se organiza en torno a la cúpula sostenida por cuatro columnas, de las que parten cuatro brazos que forman el diseño de una cruz en cuyo centro se encuentra el altar. El aspecto más fascinante es la extraordinaria decoración de mosaicos, que está muy bien conservada. Cada preciso momento de la liturgia está ilustrado con figuras especiales.

La disposición de los mosaicos, realizados en torno a 1150, sigue un esquema simple y simétrico, en el que todo gira en torno a la figura del Cristo Pantocrátor, omnipotente, representada en el centro de la cúpula. Cristo está sentado en el trono mientras bendice, rodeado de ángeles adoradores. En el tambor, es decir, en la parte que une la iglesia con la cúpula, están representados los Profetas y, en los nichos, los Cuatro Evangelistas.

Si prestas atención, notarás que las escenas y figuras representadas disminuyen en importancia a medida que descienden hacia el suelo, lo que significa que pasas del mundo divino al mundo terrenal. En la bóveda del arco de triunfo se encuentra la Anunciación, en los ábsides laterales puedes ver a San Joaquín y Santa Ana, mientras que en el ábside central, destruido para construir el coro de las monjas, se encontraba originalmente la imagen de la Virgen. En las bóvedas hay 8 Apóstoles, mientras que hacia la entrada, es decir, en el área que ocupan los fieles durante las misas, resplandecen la Natividad de Jesús y el Tránsito de la Virgen.

Curiosidad: las inscripciones en griego que se ven entre los mosaicos se deben a que se trata de una iglesia en la que todavía hoy se practica el rito bizantino, es decir, de la Iglesia de Oriente. De hecho, aunque la iglesia es católica, pertenece a una circunscripción de la Iglesia ítalo-albanesa y conserva la liturgia de rito bizantino que se oficiaba para los ítalo-albaneses, tanto en griego clásico como en albanés.