El Palazzo Abatellis es la sede de la Galería Regional de Sicilia, un precioso museo que custodia uno de los cuadros más fascinantes del mundo: La Virgen de la Anunciación, de Atonello da Messina.
El arquitecto Marreo Carnelivare construyó este refinado pero austero palacio entre 1490 y 1495 para el rico e influyente Francesco Abatellis, Maestro Portulano del Reino, es decir, superintendente del puerto, en la calle principal del antiguo barrio de Kalsa, cerca del puerto.
Tras la muerte de Abatellis, el palacio se transformó en convento y sus salas se modificaron para hospedar a los religiosos.
Tras haber sufrido graves daños en 1943 por el bombardeo aliado durante el desembarco en Sicilia, se restauró el prestigioso edificio y se destinó a albergar la Galería de arte medieval. Se reconstruyeron el pórtico, la elegante logia y la sala central, cuyo techo se había derrumbado, y se restauraron los grandes espacios que se habían subdividido en pequeñas habitaciones para los monjes. Por último, el arquitecto Carlo Scarpa, uno de los creadores más sensibles de la nueva forma de museos de aquella época, fue el encargado de exponer las obras según unos criterios entonces vanguardistas y, en 1954, el museo abrió sus puertas al público.
La austera fachada, estrechada entre torres desiguales, está adornada con un magnífico portal, caracterizado por un motivo de robustos palos atados entre sí con cuerdas retorcidas, rematado por tres escudos de armas y flanqueado por dos lápidas. Cinco elegantes ventanas tríforas marcan el espacio sobre el marco. Podemos decir con seguridad que el arquitecto Carnelivari ha logrado crear una fachada de gran equilibrio sin introducir demasiados elementos decorativos.
El patio central tiene una elegante logia doble a un lado, mientras que los otros muros están adornados con las preciosas ventanas del piso superior.
La instalación es una obra maestra del arquitecto veneciano Carlo Scarpa, que supo combinar la necesidad de mostrar las obras de arte del mejor modo posible y la valorización del edificio que las alberga.
Curiosidad: en 1967, Walter Gropius, uno de los arquitectos más importantes del siglo XX, definió la obra de Scarpa como «el mejor entorno museístico que he visto en mi vida».