SAN JUAN DE LOS EREMITAS

San Juan De Los Eremitas

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español Idioma: español
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La iglesia de San Juan de los Eremitas, San Giovanni degli Eremiti en italiano, es uno de los monumentos más fascinantes de Palermo.

Se encuentra en el lugar que antes ocupaba un antiguo monasterio que los árabes destruyeron y reemplazaron por una mezquita. Cuando llegaron los normandos, se demolió parcialmente la mezquita y, hacia el año 1150, el rey Roger II construyó la actual iglesia incorporando los restos de la mezquita. El nuevo soberano de Sicilia, el emperador Carlos V, mandó sanear la iglesia en 1535 y, en 1882, el famoso arquitecto Giuseppe Patricolo la restauró, sacando a la luz las estructuras medievales visibles y eliminando cualquier intervención posterior a la Edad Media, con la intención de recuperar así la iglesia normanda.

El sencillo edificio destaca por la pureza de sus volúmenes, sin adornos, y por su característico techo con cúpulas rojas en armonía con la del campanario: dos cúpulas más grandes, correspondientes a la nave principal, y dos más pequeñas en el transepto, situadas a diferentes niveles. Las ventanas, ahora vacías, en el pasado estaban decoradas con un adorno geométrico, una solución característica de la arquitectura islámica.

El pequeño y sencillo claustro adyacente de doble columna es lo que queda del monasterio benedictino anexo a la iglesia del siglo XIII.

 

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Como puedes ver, el interior es sencillo y esencial para transmitir un clima de misticismo. La nave, en forma de cruz de tau, es decir, en forma de «T», está dividida en dos naves cuadradas unidas por un imponente arco, ambas coronadas por una cúpula.

El transepto, el espacio perpendicular a la nave, consta de tres salas cuadradas. La central está coronada por una pequeña cúpula y la de la izquierda por el campanario. Desde la sala de la derecha, con cúpula más baja, se puede acceder a un edificio preexistente, formado por los restos de la mezquita, que en época normanda se utilizó como cementerio de personajes de clase alta.

 

Me despido con una curiosidad: el color rojo brillante de las cúpulas no es original, sino que se remonta a las restauraciones del siglo XIX que malinterpretaban el color auténtico del cocciopesto, el revestimiento impermeabilizante ligeramente rosado formado por cal, arena y fragmentos de cerámica del que estaban cubiertas.

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