Bienvenido al interior de la Catedral de Pisa, con sus cinco naves divididas por filas de columnas corintias. Las dos galerías que ves en la parte superior de las naves se llaman matroneos y están decoradas con ventanas de doble arco divididas por pilares, que retoman y continúan el dinamismo de las columnas inferiores.
A finales del siglo XVI, la Catedral sufrió un grave incendio, del que todavía hoy puedes notar fácilmente su rastro. La decoración del interior pertenece a la época inmediatamente posterior al incendio, como el rico techo de madera dorada o las pilas de agua bendita del siglo XVII, en la entrada a las naves.
Después del incendio también se desmanteló la obra de arte más importante de la Catedral, es decir, el espléndido púlpito del siglo XIV de Giovanni Pisano, que hasta los años veinte del siglo pasado no se volvió a colocar al final de la nave central. Este púlpito se realizó en sustitución de uno anterior, que se había desmontado y enviado a Cagliari, donde todavía se encuentra. Su autor, Giovanni Pisano, fue durante mucho tiempo colaborador de su padre Nicola, genio absoluto de la escultura del siglo XIII, del que verás dentro de poco el púlpito del Baptisterio.
Por temperamento y voluntad expresiva, Giovanni es de los dos el más cercano al estilo gótico, que en ese momento era la novedad procedente de Francia. Gracias a los juegos de sombras y luces, en sus esculturas todo parece estar en movimiento: figuras, sentimientos y expresiones. Reconocerás su estilo tanto en las grandes figuras que sostienen el púlpito como en los paneles de la balaustrada, que representan escenas abarrotadas de personajes.
Cerca del púlpito de Giovanni Pisano puedes ver un gran candelabro de bronce: se llama "lámpara de Galileo", de hecho, parece que durante las ceremonias largas y un poco aburridas, el joven científico Galileo Galilei se ponía a mirar sus oscilaciones, formulando la teoría según la cual las oscilaciones de un péndulo tienen siempre la misma longitud, independientemente de su amplitud.
Te aconsejo que también te detengas en la zona del altar mayor. En la bóveda del fondo puedes admirar un mosaico con fondo dorado de finales del siglo XIII, realizado en parte según un diseño de Cimabue, el maestro de Giotto. En las paredes no te pierdas la amplia serie de pinturas realizadas por maestros toscanos del siglo XVI, como Andrea del Sarto y Domenico Beccafumi.
CURIOSIDAD: sobre una pequeña columna que se encuentra al fondo puedes ver un ánfora que procede de Caná, en Galilea. Según la tradición, sería precisamente el ánfora en la que Jesús convirtió el agua en vino.