El anfiteatro romano de Pompeya, construido en el año 70 a. C., es, con diferencia, el más antiguo de los descubiertos hasta la fecha.
De forma elíptica, con una longitud de 135 metros y una anchura de 104 metros, podía albergar hasta 20 000 espectadores, protegidos del sol y la intemperie por una imponente cubierta, el velarium.
Precisamente debido a la gran afluencia de gente que también acudía desde las ciudades vecinas para asistir a los espectáculos circenses y de gladiadores, el edificio se construyó en una zona periférica de Pompeya.
Bajo las gradas había una galería con cuatro entradas, dos de las cuales daban directamente a la arena. Los que se sentaban en las gradas superiores accedían, en cambio, por el doble tramo de escaleras que puede verse en el exterior.
En el interior, los espectadores estaban divididos según la clase social y había un sector específico reservado a las mujeres.
A diferencia de otros anfiteatros romanos, este no tenía los típicos subterráneos donde se encerraba a las bestias feroces antes de los combates en la arena. Por tanto, se cree que las peleas de animales no eran frecuentes, aunque sin duda formaban parte de los juegos, como demuestran las pinturas encontradas en 1815.
De hecho, en el siglo XIX, durante las excavaciones, se encargó a algunos expertos dibujantes que reprodujeran los frescos nada más encontrarlos, con el fin de catalogarlos.
Se realizaron diez paneles para el anfiteatro, gracias a los cuales aún hoy se conoce el aspecto de estas obras maestras, a pesar del desprendimiento y derrumbe de las pinturas en 1816.
De hecho, toda la balaustrada de la base de la arena, de 160 metros de largo y más de dos metros de alto, con un total de 345 metros cuadrados, estaba decorada con motivos geométricos y escenas de luchas entre fieras y entre gladiadores, con el amarillo y el rojo como colores predominantes.
También te recomiendo visitar la Palestra Grande, junto al anfiteatro, una gran plaza cuadrada de 140 metros a cada lado, en cuyo centro había una piscina de 35 metros de largo y 23 de ancho, donde se practicaban deportes.
La plaza estaba bordeada por una muralla a lo largo de la cual se abrían diez puertas, rodeadas en su interior por un pórtico de columnas a la sombra de una doble hilera de altos plataneros.
Curiosidad: en el año 59 d. C., el Senado de Roma prohibió los juegos de gladiadores en el anfiteatro de Pompeya durante diez años debido a un brutal enfrentamiento entre los aficionados locales y los de Nocera, que se saldó con muertos y heridos.
