Los propietarios de esta suntuosa domus eran dos libertos, los hermanos Aulo Vetti Conviva y Aulo Vetti Restituto, actualmente conocidos como los Vettii.
Los dos antiguos esclavos, convertidos en ricos terratenientes, se dedicaban principalmente al comercio de productos agrícolas y vino.
Para realizar esta gran mansión, habían unido dos viviendas preexistentes y habían creado en su interior un gran jardín, adornado con estatuas y fuentes, alrededor del cual se abrían las estancias más importantes.
Antes de comenzar la visita, quiero señalar dos elementos curiosos que encontrarás en la entrada.
En primer lugar, verás una pintura que representa al dios de la prosperidad, Príapo, representado, como era habitual, con un enorme falo.
Hoy en día, una imagen así escandalizaría a cualquier invitado, pero para los romanos del año 79 d. C., los símbolos fálicos eran muy comunes y siempre estaban ligados a significados positivos.
Observando la imagen, te darás cuenta de que Príapo apoya su voluminoso miembro, símbolo de la salud, sobre el plato de una balanza, mientras que en el plato opuesto hay un saco lleno de monedas del mismo peso, que representan la riqueza. La cesta de fruta a los pies del dios también indica prosperidad. Así que la obra, colocada justo a la entrada de la domus, era prácticamente un gran amuleto de la buena suerte.
El segundo elemento particular es una inscripción que dice: «Eutychis ..., griega de hermosas maneras, ofrecida por dos ases».
Esto significaba que, al entrar en la domus, los huéspedes, clientes o sirvientes que venían de cualquier tienda a entregar mercancías, podían aprovecharse de la esclava mencionada en la inscripción y proporcionar ingresos adicionales a los ricos propietarios de la casa.
Si te preguntas dónde tenía lugar el acto, descubrirás que, en una pequeña habitación situada junto a lo que entonces era la cocina, se encontraron pinturas inconfundiblemente eróticas.
Al pasar la entrada, en el amplio atrio y los pasillos, descubrirás valiosas pinturas de tema mitológico, pero los frescos más bonitos se encuentran en las salas que rodean el peristilo, incluida una sala en la que destaca el llamado Friso de los Cupidos, que representa putti dedicados a diversas actividades comerciales.
Curiosidad: los símbolos fálicos eran tan comunes para los antiguos romanos que era muy común encontrar amuletos de la buena suerte con esta forma, llamados tintinnabula, hechos de bronce, colgados a la entrada de las tiendas, que tintineaban alegremente al paso de los clientes, ahuyentando los malos espíritus y la mala suerte.
