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español Idioma: español

El Foro era una enorme plaza rectangular que constituía el centro político, comercial y administrativo de Pompeya, tan grande que podía albergar a todos los habitantes de la ciudad.

Alrededor de la plaza había un gran pórtico con columnas dóricas y un complejo de edificios públicos como oficinas administrativas, el Comitium, donde se celebraban las elecciones, y la Basílica, que no era una iglesia sino el lugar donde se administraba justicia. Cada uno de estos edificios tenía una fachada llena de decoraciones de mármol y de estatuas que, desgraciadamente, ya no son visibles, puesto que toda la zona del Foro fue saqueada poco después de la erupción del Vesubio.

Sobre un alto podio se alzaba el templo de Júpiter, al que se accedía subiendo un doble tramo de escaleras. El pórtico que precedía al interior se denominaba «pronaos» y era muy profundo, mientras que el espacio interior, llamado «cella», estaba rodeado por dos filas de columnas con los característicos nichos en la parte inferior destinados a las tres divinidades mayores: Júpiter, Juno y Minerva, la llamada «tríada capitolina». El podio daba acceso a salas subterráneas donde se guardaban las ofrendas de los fieles y, probablemente, también el tesoro público de la ciudad, compuesto por el dinero recaudado de los impuestos.

Construido alrededor del año 150 a. C., posiblemente sobre un templo etrusco anterior, con la llegada de la república romana este templo se convirtió en el principal edificio sagrado de Pompeya.

A ambos lados del templo pueden verse los restos de dos arcos honoríficos: el de la derecha, del que no queda mucho, probablemente estuvo dedicado al emperador Calígula y fue demolido a su muerte, mientras que el de la izquierda estuvo dedicado a Druso, hijo del emperador Tiberio.

A la derecha del templo de Júpiter, a lo largo de la plaza, hay otros cuatro lugares sagrados dedicados al culto del emperador. Uno de ellos era el Macellum, en cuyo interior había incluso una zona dedicada a la venta de pescado.

 

CURIOSIDAD: al emperador Calígula se le impuso un castigo llamado damnatio memoriae, que significa «condena de la memoria», y que implicaba la destrucción de cualquier vestigio que pudiera recordarle, incluidos, por tanto, monumentos y estatuas. Por eso se destruyó aquí, en el Foro, el arco dedicado a él.

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