Cartago, antigua ciudad fenicia, fue una destacada colonia púnica en el Mediterráneo. En su apogeo, fue la capital de un pequeño imperio que abarcaba partes de España, Córcega, Cerdeña, Sicilia y Libia. Fundada en el siglo IX a.C. como puerto fenicio en el Golfo de Túnez, se volvió independiente y ejerció una fuerte influencia en el Mediterráneo occidental. A partir del siglo III a.C., entró en conflicto con Roma en tres guerras púnicas. A pesar de los logros de Aníbal, Cartago fue derrotada. Escipión Emiliano la destruyó al final de la tercera guerra. Reconstruida por los romanos, prosperó bajo el reino vándalo y el Imperio Bizantino. En el 698 d.C., los Omeyas la ocuparon, marcando el fin de su historia. Los arqueólogos encuentran sus restos en la moderna Cartago, cerca de Túnez.