El MUSE de Trento, como dice su acrónimo, es un Museo de las Ciencias. De hecho, es mucho más que eso. Con 19.000 metros cuadrados, el heredero de lo que una vez fue el Museo Tridentino de Ciencias Naturales quiere ser un lugar donde reflexionar sobre la compleja relación entre el hombre y la naturaleza.
El completo itinerario del museo involucra al espectador en una experiencia interactiva, articulada en torno a temas de vital importancia para el futuro del planeta, como la puesta en valor de la biodiversidad o el difícil reto del desarrollo sostenible.
El rasgo más característico del MUSE es una integración perfecta entre arquitectura expositiva, nuevas tecnologías y las abundantes colecciones de hallazgos, principalmente de origen trentino. Aquí se conservan fósiles, minerales, huellas de dinosaurios y piedras pintadas por hombres prehistóricos. El extraordinario patrimonio del museo, fruto de más de un siglo de investigación, se completa con exposiciones multimedia e instalaciones interactivas que ofrecen a los visitantes la oportunidad de experimentar el mundo natural a través de un apasionante viaje en el espacio y en el tiempo, incluso el más remoto.
De hecho, el museo reproduce escenarios como los glaciares de los picos alpinos y el clima cálido y húmedo del bosque pluvial de los montes Udzungwa, en Tanzania, de los cuales encontrarás una fascinante recreación en el invernadero tropical.
La instalación de este futurista y apasionante museo, tan innovador y atractivo, es solo una de las razones que explica el increíble éxito de público, que ha convertido al MUSE en uno de los museos más visitados de Italia y del mundo. Sólo 21 meses después de la inauguración, el 27 de julio de 2013, ya contaba con más de un millón de visitantes. También atrae al público el espléndido edificio del museo, diseñado por el famoso arquitecto italiano Renzo Piano.
Curiosidad: ¿sabes que en el lugar que hoy ocupa el MUSE antes se fabricaban neumáticos? Entre los muchos méritos de los que presume el museo trentino, está también el de haber dado nueva vida a un antiguo polígono industrial abandonado, valorizando así todo un barrio de la ciudad.