Durante la peste de 1630 en Venecia, la ciudad experimentó una devastadora epidemia de peste bubónica que causó un gran número de muertes. La peste se extendió rápidamente por toda la ciudad y se estima que aproximadamente un tercio de la población veneciana murió debido a la enfermedad. Las medidas tomadas para combatir la propagación de la peste incluyeron la cuarentena de los enfermos, la limpieza de las calles y la prohibición de reuniones públicas. También se establecieron hospitales especiales y se llevaron a cabo prácticas de aislamiento para controlar la propagación de la enfermedad. Esta epidemia tuvo un impacto significativo en la historia y la sociedad veneciana.