Francesco Foscari, el 65º dogo de Venecia, marcó una era de notable complejidad política. Su extenso dogado, desde 1423 hasta 1457, fue el más prolongado en la historia veneciana, superando los 34 años. Durante su mandato, Venecia logró una expansión territorial sin precedentes, unificando bajo una legislación común todo el Véneto, Friuli y gran parte de Lombardía.
El periodo de gobierno de Foscari estuvo marcado por guerras continuas, incluidas las "Guerras de Lombardía" contra el Ducado de Milán y enfrentamientos con los turcos, quienes habían tomado Constantinopla en 1453. Luchas internas entre las grandes familias venecianas, calamidades naturales y la peste dejaron su huella en su reinado.
Su carrera política comenzó temprano, y la muerte de su padre y tío allanó el camino para su ascenso. A pesar de las victorias en las guerras y las adquisiciones territoriales, su gobierno estuvo marcado por controversias y sospechas, incluidos conflictos con el condotiero Carmagnola y las maquinaciones del Consejo de los Diez.
Hacia el final de su reinado, Foscari enfrentó las trágicas vicisitudes de su hijo Jacopo, acusado de traición y envuelto en escándalos. Estos eventos llevaron a las dimisiones solicitadas por el Consejo de los Diez en 1457. El dogo, ya anciano y debilitado, se vio obligado a abdicar. Su muerte, el 1 de noviembre de 1457, cerró un capítulo significativo en la historia de Venecia. A pesar de los eventos históricos, Foscari contribuyó al renacimiento de Venecia, remodelando la Ca' Foscari en el Gran Canal y respaldando importantes proyectos culturales y de construcción.