La Casa de Julieta es una fascinante casa-torre medieval.
El edificio, de estructura que data entre los siglos XIII y XIV, presenta muros de ladrillo y, en el patio, una fachada con ventanas trilobuladas, es decir, aberturas góticas con un arco dividido en tres lóbulos, semejantes a un pequeño trébol. Este motivo decorativo era muy común en Verona durante la época de la familia Scaligeri, los señores que gobernaron la ciudad en el siglo XIV.
La entrada conduce al patio interior, con una logia de arcos góticos y escaleras de piedra que dan acceso al recorrido expositivo, distribuido en los distintos niveles de la casa-torre.
El diseño museografico actual es fruto de la reorganización del siglo XX realizada por Antonio Avena: una ambientación neomedieval que combina la reutilización de elementos auténticos de los siglos XIII y XV con añadidos “de estilo”, pensados para evocar el imaginario del mito shakespeariano.
En el interior, las salas exhiben obras y mobiliario relacionados con el tema de Romeo y Julieta. Entre los espacios más destacados se encuentran:
• La Sala del Balcón, dedicada a la iconografía de la tragedia de Shakespeare.
• La Sala de Baile, con suelos y techos de madera, y una chimenea de mármol rojo adornada con el escudo de la familia Cappello, que recuerda la antigua propiedad.
• La Sala del Lecho, accesible a través de una galería con vista al patio, donde se expone la cama diseñada por Lorenzo Mongiardino para la película Romeo y Julieta (1968), dirigida por el célebre Franco Zeffirelli. En esta sala también se presentan pinturas y esculturas de los siglos XIV y XV, y desde las ventanas se disfrutan hermosas vistas del patio y la fachada histórica.
La casa alberga además frescos tardogóticos trasladados de otros edificios, muebles de madera y objetos antiguos que completan la atmósfera de una residencia noble veronesa de la Edad Media, reconstruida según el gusto museográfico de comienzos del siglo XX.
Curiosidad: como ya te he comentado, el famoso balcón que ves no es original. Fue creado en el siglo XX durante las obras de restauración. Para construirlo se utilizó una loseta de piedra del siglo XV, procedente de otro edificio de Verona, y se añadieron soportes y decoraciones de estilo medieval.
El resultado se inspira en los típicos “sepulcros colgantes” veroneses, pequeños monumentos funerarios que sobresalen de las paredes de las iglesias. Así, historia y fantasía se unieron para dar forma al balcón más famoso del mundo.
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