El Castelvecchio recibe a los visitantes en el amplio Patio de Armas: estatuas, fuentes, pilas y amplios senderos de piedra entre los prados sugieren la ruta de acceso.
A la derecha están las salas destinadas a exposiciones temporales, mientras que en la parte posterior el edificio principal resulta elegante por la inserción de ventanas, logias y porches de estilo gótico veneciano.
A la izquierda se alza la ruda muralla que separa los dos patios, presidida por la alta torre del Mastio.
El interior, con un total de 29 salas, alberga las colecciones del Museo.
La delicada sensibilidad con la que se exponen las obras de arte en las salas antiguas, la elección de los materiales, la variedad de opciones a lo largo del recorrido, hacen del Castelvecchio una de las grandes obras maestras de la museografía, la parte de la arquitectura que se ocupa del diseño y la creación de museos.
Junto a la torre principal, protegida por un tejado de madera, se alza un inconfundible detalle arquitectónico: la repisa que soporta la espléndida estatua ecuestre de Cangrande I della Scala, procedente de los Arche Scaligere.
Los visitantes podemos admirar la escultura desde abajo, en el patio, y luego encontrarla a lo largo del recorrido del museo, para observarla más de cerca, desde una cristalera en el primer piso.
Obra maestra de un escultor desconocido del siglo XIV, la espléndida estatua muestra al señor más querido de Verona a lomos de un caballo cubierto por una suntuosa gualdrapa.
Cangrande, un famoso jefe militar, lleva una armadura: se ha quitado el yelmo y aparece en su rostro una inusual sonrisa abierta y envolvente. Es una expresión muy viva, un caso excepcional en la escultura conmemorativa del siglo XIV. Además, hay que tener en cuenta que era una estatua colocada encima de una tumba. Se desconoce el nombre del autor de la obra maestra, probablemente fue un escultor de Verona que supo interpretar magistralmente la gran popularidad de Cangrande I.
Curiosidad: el museo exhibe la espada, fragmentos de telas y otros objetos encontrados en la tumba de Cangrande con motivo de una inspección realizada en 1921.
En 2004 se realizó una autopsia de los restos momificados, de la que se desprende que el Señor de Verona, conocido también por haber acogido al exiliado Dante Alighieri, falleció a la edad de 38 años a causa de una intoxicación con dedalera, tal vez mal administrada en dosis excesivas.