El núcleo más antiguo de la plaza alberga una fuente coronada por la estatua "Madonna Verona" que data de la época romana (del año 380), enriquecida posteriormente con detalles medievales. Esta obra, encargada por Cansignorio, es un ejemplo de reciclaje artístico, combinando fragmentos romanos con un estilo gótico medieval. Originalmente dorada, con una amplia piscina termal y una estatua proveniente del Capitolium, se creó durante un proyecto hidráulico de Cansignorio para llevar agua del torrente Lorì di Avesa hasta la plaza Erbe. La estatua, que sostiene un cartucho entre las manos, lleva inscrito el antiguo lema del Comune, declarando: "a esta ciudad portadora de justicia y amante de elogios".