Un buen punto de partida, casi obligatorio para dar un paseo por los canales de Ámsterdam, es la orilla del Singel, a lo largo de la cual hay numerosos edificios antiguos construidos durante la edad de oro holandesa, el siglo XVII.
En el número 3 de Singel se encuentra la casa más estrecha del mundo, con poco más de un metro de ancho.
Además, en esta área se encuentra el legendario barrio rojo de Ámsterdam, y en el número 225 se encuentra el burdel holandés más famoso, el Yab Yum, que cerró en 2009.
Si continúas hasta el número 411, encontrarás la espléndida Antigua Iglesia Luterana, que data de 1632, y casi al lado están la biblioteca de la Universidad de Ámsterdam y, un poco más adelante, el popular Museo de la Tortura.
Exactamente en el lado opuesto del museo se encuentra el Mercado de las Flores, al cual se puede llegar cruzando el Puente Konigsplein, casi tan ancho como una plaza, que es la más grande de la ciudad.
El mercado de las flores, Bloemenmarkt, es uno de los lugares que no puedes perderte si vienes a Ámsterdam. Las tiendas de flores y los bulbos se suceden uno detrás del otro, en parte a lo largo de la orilla, pero sobre todo en las barcazas ancladas a lo largo del canal. En cualquier época del año, es un espectáculo de colores y perfumes, con vendedores expertos listos para aconsejarte en distintos idiomas. Se pueden comprar plantas y flores a precios muy asequibles, como grandes ramos de tulipanes multicolores, pero las compras más frecuentes y fáciles de transportar son las bolsas de bulbos de tulipanes, narcisos y lirios. Aunque Ámsterdam es la ciudad de los tulipanes, estas flores son originarias de Turquía.
Si sigues por la orilla, llegarás a Muntplein, donde el Singel vuelve a unirse con el río Amstel. Aquí puedes ver la famosa Munttoren, una antigua torre de ladrillo construida en 1480, que formaba parte de las murallas medievales. La torre fue reconstruida después de un incendio en el siglo XVII y desde 1668 está coronada por un precioso carillón de campanas que suena todos los domingos de dos a tres. La estructura actual se debe a las obras que se realizaron a finales del siglo XIX.
Curiosidad: en el siglo XVII, en Holanda se desencadenó la fiebre por la compra de tulipanes raros, que llevó a familias completas a la ruina por una crisis financiera relacionada con su comercio.