El Rijksmuseum, o Museo Nacional, se fundó en La Haya en el siglo XIX y Luis Bonaparte se lo llevó al Palacio Real de Ámsterdam entre 1808 y 1809. Después de haber repartido la colección entre varios edificios, hacia finales del siglo XIX, se decidió construir el edificio actual para albergar su vasta colección.
El edificio, de estilo neogótico y neorrenacentista, con abundantes decoraciones y altos techos a cuatro aguas, es obra del arquitecto holandés Pierre Cuypers, el mismo que diseñó la Estación Central. Se construyó entre 1877 y 1885, pero el interior se ha reformado recientemente, lo que ha llevado a la creación de un museo de diseño innovador.
Los encargados de la restauración del Rijksmuseum fueron los arquitectos españoles Antonio Cruz y Antonio Ortiz, que dejaron intacto el revestimiento exterior, de estilo historicista nacional, pero renovaron todos los espacios interiores y cubrieron con una cristalera los viejos patios para convertirlos en espacios expositivos.
Las obras duraron diez años y costaron 375 millones de euros. El museo volvió a abrir sus puertas el 13 de abril de 2013, con la presencia de la reina Beatriz.
Desde entonces, es el museo más visitado de los Países Bajos, con más de dos millones de visitantes al año, y también es el museo de arte más grande del país.
El Rijksmuseum alberga un millón de hallazgos, desde el siglo XIII hasta la actualidad, pero sólo expone 8.000 piezas, entre ellas una pequeña colección de arte oriental, que se encuentra en el pabellón de Asia, construido por los arquitectos españoles Cruz y Ortiz en 2013.
El Rijksmuseum no es una pinacoteca tradicional, una colección de pinturas al uso, sino una exposición ecléctica de esculturas, objetos de navegación, muebles, decoración y tesoros coloniales que ensalzan la historia y la cultura holandesas.
Las obras se exponen en 80 salas repartidas en cuatro niveles, pero la columna vertebral es el segundo piso, donde se encuentra la pintura holandesa del siglo XVII y cuadros de Rembrandt y Vermeer.
Curiosidad: el museo alberga una colección de alrededor de 1.000 joyas, de distintas épocas y de preciadísima elaboración, a cuyo encanto es difícil resistirse.