La obra más célebre del museo es La compañía militar del capitán Frans Banninck Cocq y el teniente Willem van Ruytenburghm, más conocida como la Ronda de noche, obra que Rembrandt, uno de los artistas visuales más importantes de la historia del arte, pintó en 1642. El gran artista, nacido en 1606, ha experimentado en dibujo, pintura y grabado, demostrando ser un maestro innovador y prolífico en las tres técnicas.
Este cuadro es famoso por su colosal tamaño, el uso dramático de luces y sombras y la percepción del movimiento de lo que tradicionalmente habría sido el retrato estático de un grupo militar.
El título con el que se lo conoce puede llevar a engaño: la escena no representa una «ronda», es decir, un servicio de guardia, y no tiene lugar por la noche, como demuestran los rayos de luz que inciden sobre los protagonistas.
Representa a los miembros de la Compañía de Arcabuceros, que se dirigen a un desfile festivo por las calles de Ámsterdam. Estas compañías de ciudadanos pacíficos, en la época de Rembrandt no tenían prácticamente ninguna función bélica.
El cuadro fue un encargo del comandante de la compañía Frans Cocq, que ocupa un lugar de honor en el lienzo junto a su lugarteniente, y Rembrandt fue recompensado con 1.600 florines, ya que cada miembro pagó cien.
A pesar de ser un retrato de grupo, Rembrandt evita una monótona secuencia de figuras inmóviles, gracias a la innovadora opción de disponer los personajes en tres planos de distinta profundidad en función de su importancia, delante de la entrada de la sede de la compañía, dando lugar a una acción dinámica. Veintiocho adultos y tres niños se mueven con vivacidad en la escena, generando una sensación de confusión en la que hay un toque de ironía en la escasa marcialidad y en los apuros de los personajes al manejar sus armas.
En la pintura aparece el mismo Rembrandt: el autorretrato se encuentra entre el abanderado y el hombre con el yelmo, pero al pintor, de baja estatura, se le ve solo la parte superior del rostro.
Curiosidad: hay un motivo válido por el cual la Ronda de noche está constantemente vigilada. Es tan famoso que ha atraído muchas veces la atención de desequilibrados que han intentado estropearlo, dos veces con un cuchillo y, en 1990, con ácido sulfúrico.