El famoso Cuadrado negro de Kazimir Severinovič Malévich se considera uno de los lienzos más importantes de la pintura abstracta y de todo el arte occidental del siglo XX. Críticos, historiadores, curanderos y artistas hacen referencia a la obra frecuentemente como el «punto cero de la pintura», haciendo referencia al valor histórico de esta.
Malévich, que nació en Kiev, Ucrania, en 1879 y murió en Leningrado, la actual San Petersburgo, en 1935, pintó la primera versión de este inusual lienzo en 1915. La pintura fue expuesta por primera vez ese mismo año en la galería privada Dobycina de San Petersburgo, con motivo de la Última Exposición Futurista 0.10.
Sin embargo, Malévich también hizo cuatro versiones más, la última de las cuales probablemente fue pintada a finales de los años 20 o principios de los años 30, y no en 1913 como indica un grabado del autor en el reverso.
Para entender el significado del Cuadrado negro hay que pensar en el período en el que se pintó. A principios del siglo XX, aunque la pintura atravesaba un período de gran evolución, seguía vinculada a la representación de la realidad y de la naturaleza, aunque algunos artistas, como los impresionistas o los expresionistas, no se limitaban a retratar de una manera realista y fotográfica.
La obra de Malévich se considera revolucionaria precisamente porque no representa nada más que color. De hecho, Malévich estaba convencido de que las formas pictóricas no debían basarse en modelos preexistentes, ni siquiera en nuestra percepción, sino en la reflexión sobre los propios elementos de la pintura, y en particular sobre el color, pero sin ningún contenido estético o simbólico. El arte tiene un valor en sí mismo y no como reproducción del mundo. Por eso muchos críticos creen que Malévich fue el iniciador del arte abstracto.
Curiosidad: Malévich no fue ni el primero ni el único artista que pintó cuadros negros. Por ejemplo, mucho antes que él, en 1617, Robert Fludd pintó un cuadro titulado «La gran oscuridad» y en 1843 el pintor francés Bertall pintó «Vista de La Hougue» (efecto nocturno), donde el color negro oscurecía todo.