Carlo Innocenzo Carlone (1686-1775) fue un pintor y decorador italiano, conocido principalmente por sus frescos decorativos que adornan numerosas iglesias y palacios en Italia y Austria. Nacido en Scaria, un pequeño pueblo en la provincia de Como, Carlone provenía de una familia de artistas: su padre, Giovanni Battista Carlone, era un escultor y arquitecto de renombre.
Carlone se formó inicialmente en Venecia, donde estudió pintura y desarrolló su estilo barroco, caracterizado por un uso vivo del color, una composición dinámica y una gran habilidad para representar el movimiento y la emoción en sus sujetos. Posteriormente, se trasladó a Viena, donde se convirtió en uno de los artistas más solicitados en la corte de los Habsburgo.
Sus obras más famosas incluyen los frescos del Palacio Belvedere y el Palacio de Schönbrunn en Viena, así como en las iglesias de San Ignacio y San Carlos Borromeo en Innsbruck. Carlone era famoso por su capacidad para crear ilusiones de perspectiva, haciendo que sus frescos fueran particularmente impresionantes y envolventes.
Además de frescos, Carlone también pintó lienzos, retablos y obras sobre temas mitológicos y religiosos. Su estilo influyó en muchos artistas contemporáneos y posteriores, contribuyendo significativamente al desarrollo del barroco en Europa Central.
La carrera de Carlo Innocenzo Carlone fue larga y prolífica. Murió en su pueblo natal, Scaria, en 1775, dejando un importante legado artístico.