Desde Mustek, en el lado izquierdo de la plaza de Wenceslao, hasta el número 11, se encuentra el antiguo centro comercial Darex, donde los dirigentes del partido comunista podían comprar productos occidentales durante el régimen. En el número 19 se encuentra el edificio neobarroco de la aseguradora Assicurazioni Generali, donde Franz Kafka trabajó como empleado.
Le sigue, en el número 21, el centro comercial Druzba, situado dentro de edificio Koruna. Se construyó en 1911 con una exótica torre al lado, y es un óptimo ejemplo del estilo secese, o art nouveau.
Más adelante, uno al lado del otro, se encuentran los dos hoteles Europa y Meran, construidos entre 1903 y 1905, ejemplos de un fascinante eclecticismo y de una decoración exuberante.
En la parte alta de la plaza, en el centro, domina la escena el solemne monumento ecuestre de San Wenceslao, acompañado de otros cuatro santos protectores de Bohemia. Es obra del escultor checo Josef Václav Myslbek y se inauguró en 1914. Frente al monumento se encuentra el parterre en recuerdo al suicidio de Jan Palach, adornado con flores y velas.
El poderoso edificio del Museo Nacional, concebido en 1890 en un estilo vagamente neorrenacentista como un vistoso símbolo de la identidad bohemia, alberga la memoria histórica e ilustra las características geológicas, zoológicas y botánicas de la zona. Las colecciones de ciencias naturales, etnografía y hallazgos se unen a la celebración de personajes y acontecimientos nacionales.
Al bajar en dirección a la Ciudad Vieja, en la esquina con la calle Vodickova, destaca por su creatividad decorativa la casa que el arquitecto Alexander Wiehl diseñó en 1895 como vivienda propia, con la fachada cubierta de grafitis ornamentales. Junto a esta, en el número 36, se observa el edificio de la casa editorial Melantrich, construido en el año 1900. Su fachada está decorada con pinturas de Vratislav Mayer. Desde el balcón de la segunda planta, Alexander Dubcek y Vaclav Havel, poeta y futuro presidente de la república, saludaron en 1989 a la multitud que se reunió en la plaza con motivo del final de la «revolución de terciopelo», llamada así porque no hubo derramamiento de sangre durante la dominación soviética.
Curiosidad: desde la casa Wiehl, una corta desviación a la izquierda conduce al pasaje Lucerna, una galería comercial de estilo morisco de principios del siglo XX. Del techo de cristal cuelga una escultura del artista bohemio David Cerny: es una parodia del monumento de San Wenceslao, con el santo a lomos de un caballo bocabajo.