SANTUARIO DE LORETO

Santuario

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Christoph Dientzenhofer empezó a construir la fachada barroca del santuario de Loreto y la terminó su hijo. Las dos hornacinas laterales están decoradas con estatuas de la Virgen María y del arcángel Gabriel, que representan la Anunciación. Justo debajo, se encuentran las estatuas de los evangelistas. La entrada está rodeada por San Antonio de Padua y San Francisco de Asís, y el original balcón, lo ocupan San José y San Juan Bautista.

Sobre la barandilla que enclaustra la anteiglesia, también obra de Dientzenhofer, hay 19 esculturas de ángeles, nueve de las cuales cuentan la vida de María. La fachada, de color blanco y oro, está coronada por una torre central flanqueada por dos pequeñas fachadas gemelas. Las pequeñas cúpulas de cobre y las tejas rojas le aportan un toque de color.

La apariencia exterior no deja intuir la especial articulación de los espacios interiores. De hecho, el santuario está formado por un gran patio porticado, construido alrededor de la reproducción de la Santa Casa de la Virgen María de Loreto, el pequeño edificio que hay en el centro revestido con bajorrelieves dedicados a María. En los lados podrás observar dos fuentes barrocas.

 

A lo largo de los pórticos del claustro puedes visitar numerosas capillas, mientras que detrás de la Santa Casa se encuentra la suntuosa iglesia de la Natividad, el último edificio del complejo, también obra de Dientzenhofer y construido entre 1722 y 1737 como ampliación de la capilla de Santa Ana. Václav Vavřinec es el autor de los preciosos frescos que hay sobre el patio interior de la iglesia.

El complejo, muy deteriorado durante el periodo comunista, se ha restaurado con éxito recientemente.

El santuario posee un importante tesoro de objetos litúrgicos y votivos expuestos en la planta superior, en la que, entre relojes, cálices y telas, puedes ver las coronas de la Virgen de Loreto y de Jesús. El objeto más llamativo es el «sol de Praga», un ostensorio, es decir, una custodia sagrada que sirve para exponer la hostia consagrada a los fieles, que data de 1699 y está decorado con más de 6.000 diamantes.

 

Curiosidad: la capilla del extremo derecho del lado de la entrada está dedicada a Santa Starosta, una niña que le pidió a Dios que le diera un aspecto masculino para no tener que casarse con el hombre que le había impuesto su padre. La imagen de la santa es, sin duda, insólita: una mujer joven crucificada... ¡con una tupida barba!

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