El Imperio Británico fue uno de los imperios más grandes de la historia, que se extendió durante varios siglos y abarcó una gran parte del mundo. Comenzó a principios del siglo XVII con el establecimiento de colonias británicas en América del Norte y se expandió gradualmente a través de la conquista y colonización de otras partes del mundo, incluyendo Australia, India, África y partes de Asia. Durante su apogeo en el siglo XIX, el Imperio Británico controlaba cerca de una cuarta parte de la superficie terrestre del planeta y gobernaba sobre una quinta parte de la población mundial. El imperio tuvo un impacto significativo en la historia, la cultura, la política y la economía de los países que formaron parte de él, dejando un legado que aún se puede observar en muchos de estos lugares en la actualidad.