Ahora, te acompañaré a descubrir los zocos más auténticos de Dubái, situados a lo largo de la ría. Aquí, la práctica del regateo aún está vigente: cuando compres algo, no aceptes enseguida la primera cifra que te piden, podría resultar poco conveniente e incluso descortés para el comerciante. Así que prueba a proponer un precio inferior y regatea hasta que alcancéis un acuerdo.
Te recomiendo que empieces la visita por el zoco del oro en Deira, donde las numerosas joyerías exponen alhajas de todo tipo, de las más clásicas a las más originales. Las espléndidas joyas de estilo oriental son especialmente fascinantes. El gobierno local está extremadamente atento, y vigila escrupulosamente el comercio del oro para impedir estafas y enredos, por lo que si decides comprar un objeto precioso, ten por seguro que puedes fiarte de la autenticidad de lo que compres; es más, podrías descubrir que el oro en Dubái puede ser más barato que en otros países.
Si continúas por este zoco, acabarás en el de las especias: una experiencia olfativa sin igual. Este mercado es de lo más sugerente, llaman la atención los colores y olores de las mercancías expuestas en los grandes sacos, unos junto a otros. Si quieres probar algo único, no dejes escapar los dátiles y frutos secos. En cambio, si te gustan los sabores picantes, seguro que la calidad de la guindilla te resulta más atractiva.
Deja que tu olfato siga guiándote hasta el zoco de los perfumes, entre inciensos y aceites esenciales, fragancias puras o mezclas creadas a medida para ti, según tus gustos. El producto más buscado se llama oud, se obtiene de la madera de agar y es bastante caro, pero al parecer, unas pocas gotas son suficientes para liberar un intenso perfume.
Al otro lado de la ría, en la orilla de Bur Dubai, te espera el zoco de las telas. Entre retales de seda, algodón y lino, podrás encontrar un precioso traje tradicional. Vale la pena echar un vistazo.
Curiosidad: en el zoco del oro, en la joyería Kanz, se expone el anillo más grande del mundo. Se llama Taiba Najmat, cuesta unos 3 millones de euros, pesa 64 kilogramos y está adornado con 615 cristales de Swarovski.