Giovanna degli Albizzi, también conocida como Tornabuoni (1468-1488), representa una fascinante figura de la burguesía florentina del Quattrocento, inmortalizada en obras de Domenico Ghirlandaio y Sandro Botticelli. Perteneciente a una familia rival de los Medici, su matrimonio en 1486 con Lorenzo Tornabuoni, vinculado a los Medici, contribuyó a suavizar las tensiones entre facciones. Botticelli celebró la boda decorando la logia de Villa Tornabuoni con frescos alegóricos, dedicando uno a Giovanna: Venus y las tres Gracias homenajean a la joven novia. La capilla Tornabuoni la presenta en dos frescos distintos, el Nacimiento de la Virgen y la Visitación, ambos mostrándola con lujosos trajes, luciendo mangas de verano e invierno. Diversos retratos de Ghirlandaio, incluido uno famoso ahora en el Museo Thyssen-Bornemisza, representan a la joven mujer con sus rubios cabellos recogidos y rizos enmarcando el rostro. Desafortunadamente, Giovanna falleció muy joven durante el segundo parto, dejando una huella indeleble en la historia del arte y la sociedad florentina. Su prematura muerte en 1488 fue conmemorada con un entierro en Santa Maria Novella, marcando el fin de una vida breve pero intensa en la época renacentista.