CALLE OCHO, Calle Ocho

Calle Ocho es el verdadero corazón del barrio de la Pequeña Habana, donde distintas comunidades de inmigrantes, en especial la cubana, han empezado el capítulo estadounidense de sus vidas. La Pequeña Habana es para Miami lo que Little Italy es para Nueva York, y Calle Ocho representa la arteria principal.

El nombre en inglés de esta calle es S.W. Eight Street, pero tanto habitantes como turistas la conocen como Calle Ocho.

Te recomiendo que empieces el recorrido por este barrio, la expresión más genuina de la cultura cubana de los Estados Unidos, en el brigade 2506 memorial, el monumento en honor a los exiliados cubanos que perdieron la vida en la bahía de Cochinos el 17 de abril de 1961. Estos hombres partieron de Estados Unidos con la intención de derrocar a Fidel Castro, que entonces ostentaba el poder. Seguros de que habrían recibido apoyo aéreo por parte de los Estados Unidos y ayuda de la población cubana, desembarcaron en la bahía de Cochinos armados con fusiles obsoletos y vestidos con camiseta y zapatillas de deporte. La tan ansiada ayuda nunca llegó, y Fidel Castro los exterminó como quien se fuma un cigarro. Los pocos que sobrevivieron fueron condenados a 30 años de cárcel.

Justo al lado se encuentra el parque Máximo Gómez, también conocido como Domino Park por ser el juego que más se practica en el parque. Junto a él se encuentra la Molina Fine Art Gallery, un museo que expone las obras del artista cubano Luis Molina, conocido por sus cuadros que ensalzan el mundo afrocubano. Toda la calle está llena de locales, tiendas y restaurantes que transmiten la sensación de estar en un microuniverso proveniente de lugares lejanos. El sonido de la música latina y sudamericana, mezclado con notas de jazz, te acompañará durante el recorrido.

Al final de la calle, detente a observar el Woodlaw Park Cemetery, cuyo interior alberga un monumento conmemorativo de mármol negro dedicado al Unknown Cuban Freedom Fighter.

Me despido con una curiosidad: el cementero Woodlaw alberga también monumentos conmemorativos de tres expresidentes cubanos, entre ellos Carlos Prío Socarrás.