La Biblioteca Pública de Nueva York se encuentra entre las cinco bibliotecas públicas más grandes del mundo, y es la segunda de los Estados Unidos, después de la del Congreso de Washington.
Sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX cuando, gracias a la generosidad de algunos personajes públicos adinerados, se creó The New York Public Library, Astor, Lenox and Tilden Foundations.
El edificio principal que ves ante ti fue, en su momento, la estructura de mármol más grande del mundo y se inauguró a principios del siglo XX. Hicieron falta más de un año y 120 kilómetros de estanterías para reunir más de un millón de volúmenes, que anteriormente custodiaban las dos bibliotecas neoyorquinas preexistentes, la Astor Library y la Lenox Library.
En la actualidad, el inmenso patrimonio literario de esta rica red bibliotecaria se distribuye entre otros tres centros principales de investigación y unas noventa sedes independientes. El número de textos disponibles, en continuo crecimiento, ¡supera los cuarenta millones!
Únete a la multitud de lectores, estudiosos e investigadores que cruzan la entrada de este templo y, una vez dentro, después de pasar los dos leones guardianes petrificados que preceden la impresionante escalinata, respeta el silencio. Te advierto que no será fácil: las imponentes columnas, los majestuosos pasillos y las históricas salas de lectura, con numerosas pinturas murales, boiseries y mármoles, pondrán a prueba tu capacidad para contener las emociones.
En la tercera planta, no te pierdas la Rose Main Reading Room donde, bajo el impresionante techo de casetones iluminado por un cielo al atardecer y magníficas lámparas, podrás relajarte con un buen libro o, simplemente, soñar con los ojos abiertos, rodeado de los libros del pasado y los ordenadores del futuro, ambos testigos del inexorable paso de una cultura escrita a otra virtual.
Curiosidad: a lo largo de sus vidas, los dos leones de la entrada han llevado impasibles sobre sus nobles cabezas diversos accesorios, desde coronas de acebo hasta birretes universitarios, haciendo honor a sus apodos actuales, Paciencia y Fortaleza.
Sin embargo, en origen se les llamó Leo Astor y Leo Lenox, en honor de los fundadores de la biblioteca.